viernes, 31 de octubre de 2008

Casamiento




Hoy, se realiza la cosa,
y ya se ha formado en torno
del carro de los adornos
la rueda de las chismosas;
y una de ellas, ¡qué envidiosa!,
comenta con la de al lado,
«algún yuyo, le habrán dado
se lo juro.... doña Rosa...»

Mensajeros apurados,
que silban toda la escala,
traen cada telegrama
un regalo fracasado....
El padrino sofocado
porque no tiene resuello,
piensa alarmado, en el cuello
que le tienen preparado...

La noche, trae realidad
y calor de ceremonia.
La salida de la novia
ya reunió la vecindad
mas esa curiosidad,
por verlos a los dos juntos
se ha despertado a tal punto
que... ¡dobló la cantidad!...

Llega el auto iluminado
-como vidriera de amor-
exhibiendo en su interior
a los novios ajustados,
que se sienten aplastados
oyendo a grandes y chicos,
que comentan a los gritos
los defectos encontrados...

¡Por fin!... novios y cortejo,
pueden entrar en la casa;
y allí, como siempre pasa,
viene el llanto de los viejos;
siguen después los consejos
que nadie les da valor
y después... ¡Al comedor!...
para iniciar los festejos...

Entonces tranquilamente
comienza la gran función;
va tomando ubicación
el batallón de parientes;
-esos que solamente-
"Han venido... por cumplir"
y ya ni los hace ir
¡"La carga de los valientes”!...

Empiezan las copas rotas
y las bandejas subiendo...
parece, que van corriendo
una carrera de postas;
la mesa, resulta angosta
y en minutos ha quedado:
como un campo devastado
por la manga de langostas...

El lugar de los regalos
los vigila una parienta,
cicerone que comenta
y aumenta lo que ha llegado...
«Seis veladores mandaron
y siete juegos de té
hay, tres lámparas de pie
pero a una... ¡la abollaron!...»

Con esa, son tres frazadas
y aquello,
que esta ahí envuelto...
¡el cuadro del pato muerto
rodeado de seis manzanas!
La batería enlozada
venía sin cucharón;
pero... ya dijo el patrón:
«El lunes por la mañana!»

Todos, entran a mirar
y a controlar, si está el suyo,
que contemplan con orgullo
y lo vuelven a tocar...
para, de paso, arreglar
un poquito la tarjeta,
que al torcerse... ¡de coqueta
ninguno se va a enterar!...

La fiesta, esta en su apogeo,
los chicos corren y pasan,
pero a menudo descansan,
señal de zapatos nuevos...
y en la cama del abuelo,
tres criaturas dormidas
han quedado confundidas
entre abrigos y sombreros...

Los novios... se han escapado
porque ya, es un poco tarde,
y lloran juntas las madres
-por lo solas que han quedado-
y allá en un rincón sentado
quedó rendido el padrino,
con el cuello desprendido
que lo tiene estrangulado...

El día empieza a venir;
los últimos que se fueron
son aquellos que vinieron...
-un ratito por cumplir-
el gato, quiere salir
y al rascarse en los barrotes,
muestra restos en los bigotes,
de un merengue "chantilly".

domingo, 26 de octubre de 2008

canción de gatillazo

Los tubos de escape saludan al sol
morir en el curro envejece la piel,
la fábrica escupe veneno hacia dios
haremos la prueba nuclear.
Deja de fumar, te va a perjudicar.

Respeta el derecho del no fumador,
proteje a tus hijos de un vicio cabrón.
Comer a diario les crea adicción
y escucha un consejo mamón.
Deja de fumar, te va a perjudicar.



Contempla impotente tu propia extinción
el mundo se quema de tanto calor,
la selva ha perdido la respiración,
se le ha puesto negro el pulmón.
Deja de fumar te va a perjudicar


o esta bueno


AVISO de DESPIDO AL PLANETA TIERRA


Planeta tierra si hace el favor
de parte la directiva
en cuanto acabe con su labor
se pase por la oficina.

Los informes que de tí nos llegan dicen que no puedes más
suma a eso una alarmante baja productividad.
La empresa no puede permitir tu creciente falta de interés
cuando hay planetas por ahí deseando trabajar.


Ni mares muertos ni casquete polar, ni pérdidas forestales
así que deja fuera de aquí tus problemas personales.



Hace falta materia prima, ese es tu trabajo, darnos más,
se para la burra si no hay gasolina y los negocios pierden gas.
Más 4x4´s y más 16, más ordenadores y más dvd´s
si no ha suficientes mierdas para todos el mundo va a estallar.

¡Qué planeta más incapaz y dicen que es nuestra madre!
Como no nos produzca más se va a ir a la puta calle.

martes, 21 de octubre de 2008

Descubrimiento de la Patria en la voz de Leopoldo Marechal

LA PATRIA ES UN DOLOR QUE AUN NO TIENE BAUTISMO

I -

Dije yo en la ciudad de la Yegua Tordilla:
“La Patria es un dolor que aún no tiene bautismo”.
Los apisonadores de adoquines
me clavaron sus ojos de ultramar;
y luego devoraron su pan y su cebolla
y en seguida volvieron al ritmo del pisón.

- II -

¿Con que derecho definía yo a la Patria,
bajo un cielo en pañales
y un sol que todavía no ha entrado en la leyenda?
Los apisonadores de adoquines
escupieron la palma de sus manos:
en sus ojos de allende se borraba una costa
y en sus pies forasteros ya moría una danza.
“Ellos vienen del mar y no escuchan”, me dije.
“Llegan como el otoño, repletos de semilla,
vestidos de hoja muerta.”
Yo venía del sur en caballos e idilios:
“La Patria es un dolor que aun no sabe su nombre”.

- III -

Una lanza española y un cordaje francés
riman este poema de mi sangre.
Yo ambién soy un hj del otoño
Que llegó del oriente sobre la tez del agua.
¿Qué harían en el sur y en su empresa de toros
un cordaaje perdido y una lanza en destierro?
Con la virtud erecta de la lanza
yo aprendí a gobernar los rebaños furiosos;
con el desvelo puro del cordaje
yo descubrí la Patria y su inocencia.

- IV -

La Patria era una niña de voz y pies desnudos.
Yo la vi talonear los caballos frisones
en tiempo de labranza,
o dirigir los carros graciosos del estío,
con las piernas al sol y el idioma en el aire.
(Los hombres de mi estirpe no la vieron:
sus ojos de aaritmética buscaban
el tamaño y el peso de la fruta.)

- V -

La Patria era un retozo de niñez
en el Sur aventado, en la llanura
tamborileante de ganaderías.
Yo la vi junto al fuego de las hierras:
estampaba su risa en los novillos;
o junto al universo de los esquiladores,
cosechando el vellón en las ovejas
y la copla en las dulces guitarras de septiembre.
(No la vieron los hombres de mi clan:
sus ojos verticales se perdían
en las cotizaciones del Mercado de Lanas)

- VI -

Yo vi la Paria en el amanecer
que abrían los reseros con la llave
mugiente de las tropas.
La vi en el mediodía tostado como un pan,
entre los domadores que soltaban y ataban
el nudo de la furia en sus potrillos.
La vi junto a los pozos del agua o del amor,
¡niña y trazando el orbe de sus juegos!
Y la vi en el regazo de las noches australes,
dormida y con los pechos no brotados aún.

- VII -

Por eso desbordé yo mi copa de tierra
y un cachorro del viento pareció mi lenguaje.
Por eso no he logrado todavía
sacarme de los hombros este collar de frutas,
ni poner en olvido aquel piafante
cinturón de caballos
ni esta delicia en armas que recogí en Maipú.

- VIII -

Guardosos de semilla, vestidos de hoja muerta,
los hombres de mi clan ignoraron la Patria.
Con el temblor sin sueño del cordaje
la descubrí yo solo allá en Maipú.
Y, de pronto, en el mismo corazón de mi júbilo,
sentí yo la piedad que se alarmaba
y el miedo que nacía.
“La Patria es un temor que ha despertado”,
me dije yo en el Sur y en su empesa de toros.
“Niña, y pintando el orbe de su infancia,
en su mano derecha reposa la del ángel
y en su izquierda la mano tentadora del viento.”

- XI -

Tal fue la enunciación, el derecho y la pena
que traje a la Ciudad de la Yegua Tordilla.
Y así les hablé yo a los inventores
de la ciudad plantada junto al río
y a sus ensimismados arquitectos
o a sus frutales hombres de negocio.
“La Patria es un dolor en elumbral,
un pimpollo terrible y un miedo que nos busca:
no dormirán los ojos que la miresn,
no dormirán ya ell sueño de los bueyes”.
(Los apisonadores de adoquines
masticaban su pan y su cebolla.)

- X -

Y así les hablé yo a los albañiles:
“La Patria es un peligro que florece:
niña y tentada por su hermoso viento,
necesario es vestirla con metales de guerra
y calzarla de acero para el baile
del laurel y la muerte”.
(Los albañiles, desde sus andamios
hacían descender caautelosas plomadas.)

- XI -

Y dije todavía en la Ciudad,
bajo el caliente sol de los herreros:
“No sólo hay que forjar el riñón de la Patria,
sus costillas de barro, su frente de hormigón:
es urgente poblar su costado de Arriba,
soplarle en la nariz el ciclón de los dioses
la Patria debe ser una provincia
de la tierra y el cielo”.

- XII -

Me clavaron sus ojos en ausencia
los amontonadores de ladrillos.
Los abismados hombres de negocio
Medían en pulgadas la madera del norte.
Nadie oyó mis palabras, y era justo:
Yo venía del Sur en caballos y églogas.

-XIII -

Y descubrí en mi alma: “Todavía no es tiempo:
No es el año ni el siglo ni la edad.
La niñez de la Patria jugará todavía
mas allá de tu muerte y la de todos
los herreros que truenan junto al río.”

- XIV -

La Patria no ha de ser para nosotros
una madre de pechos reventones;
ni tampoco una hermana paralela en el tiempo
de la flor y la fruta;
ni siquiera una novia que nos pide la sangre
de un clavel o una herida.

- XV -

Yo la vi talonear los caballos australes,
niña y pintando el orbe de sus juegos.
La Patria no ha de ser para nosotros
nada más que una hija y un miedo inevitable,
y un dolor que se lleva en el costado
sin palabra ni grito.

- XVI -

Por eso, nunca más
hablaré de la Patria.

jueves, 16 de octubre de 2008

Si una vez de Homero Manzi

Si una vez, pensaras en la sinrazón de los resortes
que mueven esos gestos donde se afirma tu importancia.

Si una vez, te miraras en el espejo desnudo de la naturaleza
y pudieras salir de las formas que te envuelven
para medir las líneas de tu caricatura elegante.

Si una vez, pudieras hacer el balance de tus ideas
para comparar su saldo con la sabiduría de las estrellas,
de los pájaros, de las hierbas.

Si una vez, el monstruo estúpido de tu razón
pudiera asomarse al misterio de la eternidad.

Si una vez, pudieras ver la suciedad insaciable de tus manos
y fueras capaz de sentir náuseas ante el espejismo del oro.

Si una vez, solamente, compararas la tormenta artificial de tu carne
con la limpia fecundidad de las bestias.

Si una vez, te pudieras transformar en el juez y en el verdugo de tus culpas.

Si una vez, las lágrimas de tus ojos te alcanzaran para llorar tus errores
y tus palabras fueran suficientes para pedir perdón.

Si una vez, en la soledad de tu propia conciencia pudieras sentirte
el más humilde y el más malo y el más incapaz y el más inútil.

Si una vez, sintieras la sed de todo lo que te falta
y la repugnancia de todo lo que te sobra.

Si una vez, frente al misterio de Dios, pudieras descifrar su mensaje.

Si una vez, pudieras cerrar los ojos, sin encender en el alma
la envidia, el deseo, la ambición, el egoísmo.

Si una vez, te dijeran que no supiste querer a tu madre,
a tu padre, a tu hijo, a tu hermano, a tu amigo.

Si una vez, fueras capaz de dar la razón a los que llamas tus enemigos.

Si una vez, pudieras entrar en la luz de la santidad sin una palabra en los labios.

Si una vez, tus ojos creyeran sin ver y tus oídos tuvieran fineza
para escuchar la voz del corazón desnudo.

Si una vez, no sintieras horror ante la muerte por amor al placer de la vida;
o si sintieras amor a la vida sin necesidad del horror a la muerte.

Si una vez, te pudieras olvidar de tus triunfos, y de tus derrotas...
habrías justificado tu existencia.
Homero Manzi

martes, 14 de octubre de 2008

enfermedad del presente


Del mar los vieron llegar
mis hermanos emplumados
eran los hombres barbados
de la profecía esperada.

Sonó la voz del monarca:
que el dios había llegado
y les abrimos la puerta
por temor a lo ignorado

Iban montados en bestias
como demonios del mal
iban con fuego en las manos
y cubiertos de metal.

Fue el valor de unos cuantos
les opuso resistencia
y al mirar correr la sangre
se llenaron de vergüenza.

Aunque los dioses ni comen
ni gozan con lo robado
y cuando nos dimos cuenta
ya todo estaba acabado.

Ese error entregamos
la grandeza del pasado
y en ese error nos quedamos
trescientos años esclavos

Se nos quedó el maleficio
de brindar al extranjero
nuestra fe, nuestra cultura,
nuestro pan, nuestro dinero.

Hoy les seguimos cambiando
oro por cuentras de vidrio
y damos nuestra riqueza
por sus espejos con brillo.

Hoy en pleno siglo XX
nos siguen llegando rubios
y les abrimos la casa
y los llamamos amigos.

Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra
lo humillamos y lo vemos
como un extraño por su tierra.

Tu hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.

¡Oh! maldición de malinche
enfermedad del presente
¿cuándo dejarás mi tierra?
¿cuándo harás libre a mi gente?

viernes, 10 de octubre de 2008

poesía anónima de África


Adentrarse en la poesía anónima de África es una experiencia extraordinaria. Por ejemplo el poema "Llora mi corazón", perteneciente a los Kabilia, grupo étnico del este argelino y de lengua beréber, es una pieza poética de gran sencillez, pero con una delicada exquisitez:


Llora mi corazón, lo abruman males múltiples
Tijeras lo cortan:
Fiebres, dolores, mal en el costado.


Llora mi corazón, está extraviado
Por la muchacha esbelta como una palmera,
Cuyos cabellos caen sobre su espalda.


Pero tendré pronto mi revancha
y la sorprenderé.
Entonces, cara a cara, nos reconoceremos.


El poema "amante ausente" de los Bantú, conjunto de pueblos del África central es también de gran simplicidad, pero con una elaboración más compleja de las metáforas:


Las lejanas montañas te ocultan de mí,
Mientras se me enciman las cercanas
Si yo tuviera un pesado martillo
Para aplastar las montañas cercanas.
Si yo tuviera alas como un pájaro
Para volar sobre aquellas más lejanas.


Existe un poema Zulú, pueblo del África del sur que durante largo tiempo ofreció feroz resistencia a los invasores europeos, en el que se muestra la pugna amorosa con una exactitud si se quiere brillante, debido a que, además, mezcla reflexiones profundas y cotidianas:


El cuerpo muere, el alma sigue joven
El alimento servido desgasta la vasija
Ningún leño conserva su corteza cuando envejece
Ningún amante está tranquilo
Mientras llora su rival.


En un largo poema "Monzón y el rey de Kore", que narra la epopeya de Segú, perteneciente a los Bambara de Malí, hay un fragmento hermoso de amor femenino:



¿Cuántas mujeres enamoradas han desafiado
las tinieblas de la noche, y marchando contra sus deberes,
arrastrando su honor por el barro,
han ido a buscar al hombre de su alma,
el que ellas hubieran querido desposar?
No soy sino una más.
Vengo sin vergüenza a golpear en la puerta de tu corazón.
Ábrela para que yo entre, o hazme apuñalar
Para al menos morir entre tus brazos.

También existe una canción en amárico, idioma más importante de Etiopía, titulada calzones de viento y la cual cantan las mujeres mientras trabajan, que trata sobre el amor inútil. En la canción se menciona a Gondar, capital de los reyes etíopes y la provincia de Etiopía llamada Shoa:


Calzones de viento y botones de granizo
Ni un terrón de la tierra de Shoa, en Godar nada quedó
Una hiena atada con una correa, llevando un pedazo de carne en su boca


Un poco de agua en un vaso dejado junto al fuego.
Una porción de agua arrojada al hogar.
Un caballo de niebla y un paso crecido
Inútil para todo, útil para nadie.
¿Por qué estoy enamorada de un hombre como él?


Con respecto la muerte hay un espléndido poema Kuba, pueblo del Congo Central, conocidos también con del nombre de bakuba, es muy apreciado por su arte, que sintetiza de alguna manera esa concepción de los pueblos africanos sobre la vida y la muerte:


No hay aguja sin punta penetrante
No hay navaja sin hoja afilada
La muerte llega a nosotros de muchas formas.
Con nuestros pies andamos por la tierra del chivo
Con nuestras manos tocamos el cielo de Dios
Algún día futuro, en el calor del mediodía,
seré llevado en hombros
a través del pueblo de los muertos
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo a sus espinas.
Cuando muera, no me entierren bajo los árboles del bosque,
le temo al agua que gotea.
Entiérrenme bajo los grandes árboles umbrosos del mercado
Quiero escuchar los tambores tocando
Quiero sentir los pies de los que bailan.


Otro género, si se le puede denominar así, a los que son muy afectos los pueblos africanos es el proverbio.


Los proverbios constituyen pequeñas joyas de sabiduría atávica transmitida oralmente. Poética del vivir. Son muletillas utilizadas en la vida diarias y nacen como producto de la experiencia, siendo los ancianos los principales transmisores de proverbios. Vayan algunos como ejemplo:


· El hombre se hace hombre por los otros (Tsonga).


· El hombre paciente sigue cociendo una piedra hasta que bebe su caldo (Peul).


· Los hombres mezquinos son tan comunes como los árboles en el bosque (Yoruba).


· Cuando no hay ancianos, el pueblo se echa a perder. (Yoruba).


· El agua del río corre sin oír al hombre que tiene sed (Kikuyu).


· La mujer es un agua fresca que mata, un agua poco profunda que ahoga (Peul).


· El que quiere miel tiene el coraje de afrontar las abejas. (Wolof )